En los inicios de la formación reglada, el aprendizaje musical fue uno de los aspectos más cuidados en la educación de las personas ciegas.

A mediados del siglo XIX surgieron en España dos sistemas musicográficos que se desarrollaron paralelamente a la implantación del braille: el sistema llorens y el sistema abreu.

El sistema llorens fue ideado por Pedro Llorens y Llatchós (?-1894), profesor vidente de la Escuela Municipal de Ciegos de Barcelona. Dicho sistema fue concebido a partir de las letras mayúsculas del alfabeto romano, aunque en muchos signos sufren una gran simplificación.

El sistema abreu, por su parte, fue obra de Gabriel Abreu Castaño (1834-1881) músico ciego; y alumno y profesor del Colegio Nacional de Sordomudos y Ciegos de Madrid.  Se basó en el sistema braille para la creación de su sistema de musicografía, aunque añadiendo dos puntos más a la matriz: los cuatro superiores se utilizaron para representar las notas y los cuatro inferiores para expresar los valores de aquellas.