‘Cuatro artistas ciegos’, una exposición del Museo Tiflológico que se puede ver y tocar en el Museo Provincial de Lugo
La muestra de esculturas se podrá visitar hasta el 22 de junio
Andrés Clariana, José María Prieto Lago, Rubén González Sánchez y Miguel Detrell son cuatro escultores con discapacidad visual que, procedentes del Museo Tiflológico de la ONCE, muestran varias de sus obras en el Museo Provincial de Lugo, para verlas y tocarlas, en la exposición ‘Cuatro artistas ciegos’.
Iria Castro Fernández, diputada del Área de Cultura, Patrimonio Histórico Artístico y Normalización lingüística, Francisco Farnés Caminero, director de la ONCE en Lugo, y Encarna González González, gerente de la Red Museística Provincial de Lugo; han inaugurado esta exposición que podrá visitarse hasta el 22 de junio en el Museo Provincial de Lugo (Plaza de la Soledad, s/n).
Esta exposición acerca la sociedad al arte desde la diversidad y la inclusión. Quienes visiten esta muestra podrán reflexionar sobre cómo la discapacidad visual no es un obstáculo para crear esculturas.
El director de la ONCE de Lugo comentó, durante la inauguración, que "esta exposición es una muestra de cómo el arte no entiende de barreras, sino de emociones y experiencias compartidas".
Por su parte, la diputada del Área de Cultura de la Diputación de Lugo, Iria Castro, afirmó que " los museos demuestran que son espacios accesibles de bienestar para todos, lugares vivos donde la cultura se transforma en motor de inclusión y participación".
Personas afiliadas a la ONCE se sumaron a la inauguración tocando las esculturas expuestas.
Andrés Clariana de Bru (Barcelona, 1973) muestra tres obras: ‘Padres e hijo’, escultura de 2021, realizada en cerámica policromada; ‘Vía Láctea’, de 2018, esculpida en cerámica vidriada; y ‘Soñando’ (1998) obra de granito.
Clariana, escultor con sordoceguera, posee una sólida formación académica en las escuelas Masana (1989) y Carmen Muset (1991) de Barcelona. Su pérdida de visión, que provoca un cambio en su manera de percibir el mundo, la expresa en su obra. Al mismo tiempo, su continuo experimentar con la materia le lleva a producir obras con resultados diversos.
El ritmo, los diferentes volúmenes y las formas estilizadas de la figura humana quedan resueltas, de manera sinuosa y conceptual, donde predomina su gusto por la sencillez. Sus esculturas dialogan con las manos, susurrando su esencia mediante el tacto.
José María Prieto Lago (Covas-Viveiro, Lugo, 1960) es un escultor con sordoceguera que lleva al Museo Provincial lucense sus obras ‘El Quijote’, de 1995, de bronce patinado; ‘Homenaje a la ONCE’, esculpida con el mismo material que la anterior, en el año 1993; y ‘Sevillana’, también de 1993 y realizada con la misma técnica.
Prieto Lago es un escultor sordociego que, en 1975, comienza su acercamiento a la escultura en el taller de Juan Luis Otero, desde entonces, su trayectoria fue meteórica, dada su gran calidad artística. Continuos problemas de salud han influido en su carrera, aunque nunca haya dejado de crear. Su proceso creativo comienza trabajando directamente en madera en su taller, para luego pasar al bronce en fundición.
Según el propio artista: “En mi estudio siempre estoy en soledad, con mi trabajo y silencio. A veces hablo con las esculturas. Sus movimientos se entienden bien con mi imaginación. Cuando salgo fuera de mi estudio me resulta difícil hablar con las personas, me faltan ideas, no sé qué decir. Mis esculturas tienen las palabras que necesito para comunicarme con vosotros y esto me tranquiliza. De vez en cuando pienso si estaré loco, pero soy feliz y sonrío”.
Rubén González Sánchez (Ávila, 1975) expone dos de sus obras: ‘Amantes’, del año 2021 y tallada en madera; y ‘Navegando en el mar de mis pensamientos’, de 2017, también realizada en madera.
González Sánchez es autodidacta. Desde pequeño sintió su vinculación con las artes por tradición familiar, su padre y su hermana son artistas profesionales. Tiene un accidente con cinco años que, unido a otros problemas oftalmológicos previos, hace que pierda gran parte de la visión, pero sigue creando.
En todas sus obras se aprecia su amor por la madera, su material predilecto, que trabaja desde la perspectiva del artista-artesano. Predominan las formas suaves, cálidas, redondeadas y orgánicas, añadiendo el vacío como un material en sí como en el arte oriental. A través de sus esculturas expresa sus experiencias y sentimientos desde una perspectiva vanguardista.
Miguel Detrell Díaz (Méjico D.F. 1953) es el cuarto escultor de esta exposición, en la que muestra ‘Los novios’, de 1980, escultura en bronce; y ‘Hombre con perro’, del mismo material y año de elaboración.
Detrell, desde muy pequeño se sintió inclinado por las artes, especialmente el dibujo. Una atrofia del nervio óptico le hace perder vista paulatinamente hasta quedar ciego a los nueve años, entonces tuvo que ir desarrollando su propia técnica escultórica para continuar con sus inquietudes artísticas. Mantiene una trayectoria muy activa durante los años 70 y 80, del siglo XX, sobre todo en Méjico.
Sus figuras estilizadas entroncan con un sentimiento infantil que no abandona la realidad, lo cual les dan un carácter naif. Marcado por la simplicidad de formas, sus rostros ovalados no muestran rasgos faciales, lo que no impide que transmitan una gran ternura y un acercamiento realista a la cotidianidad.
Las esculturas de estos cuatro artistas ciegos demuestran que la pérdida de la vista no es una traba a la hora de crear figuras de gran belleza.