Cupones anteriores a la creación de la ONCE

La puesta en marcha de rifas y loterías fue contemplada por las personas ciegas como un medio de ganarse la vida. A inicios del siglo XX, en el marco de las reclamaciones de este colectivo, se luchará por la legalización del cupón pro-ciegos, que muchas asociaciones de y para ciegos tenían, tanto como una eficaz vía de financiación de los servicios ofrecidos, como una buena fuente de trabajo para sus asociados.

Su éxito se vio dificultado, además de por su carácter de actividad prohibida por el Estado, por dos circunstancias más: la oposición de muchos de los propios asociados, que veían en esta actividad una forma encubierta de mendicidad, y la competencia entre los cupones pro-ciegos emitidos por las diferentes asociaciones dentro de una misma provincia e, incluso, dentro de la misma ciudad.

En casi todos los centros urbanos relevantes eran varias los instituciones que ponían a la venta un cupón pro-ciegos: Alcoy, Barcelona, Huelva, Jerez o Madrid son buenos ejemplos aunque, en gran parte de los casos, acabarían integrándose las distintas asociaciones y ofreciendo un único producto. A continuación, puede consultar algunos de los ejemplos:

 

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