San Sebastián curado por las santas mujeres

Autor/a: José de Ribera

Cronología: 1621

Técnica: alto relieve

Material: LIENZO Óleo

Dimensiones:
  • Altura: 231,6 CENTÍMETROS
  • Ancho: 180,3 CENTÍMETROS
  • Profundidad: 20 CENTÍMETROS

Sala: Sala internacional

Descripción: Tras ser martirizado por una lluvia de saetas, San Sebastián fue atendido y curado por las santas mujeres, momento que recoge Ribera en este espectacular lienzo de gran sintonía con el Calvario de Osuna y el San Sebastián de esa misma colegiata. Los personajes se recortan ante un fondo neutro que impide contemplar cualquier referencia paisajística. El Santo está tumbado, con el brazo derecho al que dirige su mirada. Las santas mujeres le quitan las saetas y proceden a aplicarle el sanador ungüento que llevan en el tarro. En la parte superior izquierda contemplamos a dos angelitos que portan una corona y una palma. Las figuras muestran un sensacional escorzo, especialmente el santo, adaptándose al reducido marco que les proporciona la tela. La luz crea un espectacular contraste tenebrista que dota de mayor tensión y emotividad al conjunto, resaltando el naturalismo con el que Ribera trata tanto los gestos y las expresiones como los detalles de las ropas o las actitudes. Tras ser martirizado por una lluvia de saetas, San Sebastián fue atendido y curado por las santas mujeres, momento que recoge Ribera en este espectacular lienzo de gran sintonía con el Calvario de Osuna y el San Sebastián de esa misma colegiata. Los personajes se recortan ante un fondo neutro que impide contemplar cualquier referencia paisajística. El Santo está tumbado, con el brazo derecho aún atado al árbol donde sufrió el martirio, brazo al que dirige su mirada. Las santas mujeres le quitan las saetas y proceden a aplicarle el sanador ungüento que llevan en el tarro. En la parte superior izquierda contemplamos a dos angelitos que portan una corona y una palma. Las figuras muestran un sensacional escorzo, especialmente el santo, adaptándose al reducido marco que les proporciona la tela. La luz crea un espectacular contraste tenebrista que dota de mayor tensión y emotividad al conjunto, resaltando el naturalismo con el que Ribera trata tanto los gestos y las expresiones como los detalles de las ropas o las actitudes. La influencia de Caravaggio en el tratamiento lumínico, el dramatismo o las tonalidades oscuras utilizadas se compensa con el perfecto estudio anatómico del santo, inspirado en el clasicismo de Guido Reni, por el que Ribera siempre mostró su admiración.Casi con total seguridad se trata del lienzo que Felipe IV mandó llevar a El Escorial en 1656, junto con un buen lote de pinturas, procediendo Velázquez a su organización y distribución en las salas del Monasterio. Con la invasión napoleónica fue llevado a Madrid y regalado por el rey José I al Mariscal Soult, gran amante de la pintura española, en especial de las obras de Murillo. Tras ser martirizado por una lluvia de saetas, San Sebastián fue atendido y curado por las santas mujeres, momento que recoge Ribera en este espectacular lienzo de gran sintonía con el Calvario de Osuna y el San Sebastián de esa misma colegiata.

Catálogo: Catálogo permanente


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