Libro hablado

Reino Unido fue pionero en poner a disposición de las personas ciegas las tecnologías sonoras. Hacia 1955, el ingeniero inglés John Adam promovió la idea de utilizar magnetófonos simplificados como herramientas para escuchar textos, dando lugar al libro hablado británico. Su sistema se extendió a otros países, como es el caso de España, donde el libro hablado se implantó en 1962, gracias a la adquisición de los materiales necesarios al Royal National Institute of the Blind. La encargada de comercializar los materiales del sistema A fue la marca Clarke and Smith. sistema que estuvo vigente en España hasta 1970.

En 1970 la ONCE adquirió a la misma firma el nuevo sistema de reproducción, denominado B, que ya estaba funcionando en Reino Unido. Este sistema contaba con menores dimensiones y peso; y paulatinamente fue sustituyendo a los magnetófonos del sistema A.

A partir de 1980 el libro hablado contó con el sistema C, utilizando ya cintas de cassette. Estas se grababan a cuatro pistas y a la mitad de la velocidad habitual.

 

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